En este breve post queremos ofreceros unas pocas pautas para gestionar uso el uso de los videojuegos por parte de niños/as y adolescentes:
LA IMPORTANCIA DEL HORARIO
Lo sabemos: es complicado ceñirse a uno. Seguir un horario requiere de cierto compromiso, y todo el mundo sabe que el compromiso, cuando es impuesto, no suele funcionar. Es muy difícil conseguir que nuestros/as hijos/as se comprometan a cumplir ciertas normas relacionadas con el ocio, pero resulta directamente imposible si no hay cierto diálogo y un consenso familiar. Hacerles partícipes de la organización del tiempo libre suele evitar broncas y discusiones, o al menos las discusiones y broncas que empiezan con un “no me lo dijiste” o “esto no es lo que habíamos hablado”.
Además, permitirles organizar su tiempo libre y poner limitaciones a las pantallas desarrolla la imaginación y la creatividad: cuando vean que no pueden llenar todo su tiempo libre con la videoconsola o con Youtube, los/as peques y jóvenes de la casa se ven obligados/as a pensar en nuevas formas de entretenerse. En este punto es importante que también nosotros/as también seamos creativos/as y les demos ciertos recursos para que puedan crear su propia diversión. Podemos también proponer o impulsar alguna actividad familiar que nos permita ser parte de su ocio y compartir ratos de calidad, independientemente de la edad de vuestros/as hijos/as.
AVISO A JUGADORES/AS
Hoy en día no es raro ver a menores compitiendo en videojuegos en línea. Es natural, los videojuegos existen como deporte (“e-sport”) y muchas personas que ellos/as admiran se ganan la vida así
La competición genera frustración, y también, en el caso de los videojuegos, a menudo incomprensión. Muchos/as crecimos viendo a personas adultas gritarle al televisor, y ahora que vemos que los/as pequeños/as hacen lo mismo con un mando en la mano nos preguntamos, “¿de quién lo habrán aprendido?”.
Pero por suerte, la frustración respecto a los videojuegos se puede controlar. He aquí unas algunas pautas que os pueden ayudar:
- Proponernos objetivos realistas: competir implica mejorar, y para hacerlo hay que ponerse unos objetivos factibles. Antes de cada partida, es interesante que el/la jugador/a apunte en qué aspecto del juego quiere mejorar (puntería, velocidad de reacción, capacidad de anticipación…). Si el objetivo de jugar es “Pasarlo bien” mucho mejor que si el objetivo es “Ganar”.
- Manejar la frustración y la tranquilidad: seguir jugando cuando lo están pasando mal, se han puesto de mal humor o están sobre excitados hará que el tiempo de juego les sepa a poco, se frustren y pidan más. Un descanso de 15 minutos entre partida y partida que no les reste tiempo de juego les ayudará a mitigar estas emociones tan complicadas de gestionar.
- Un final agradable: cuando un partido de fútbol termina, se celebra y se comenta. Del mismo modo, cuando el tiempo de juego a terminado, es de gran ayuda mostrarnos disponibles para comentar sus jugadas, su experiencia… Es algo que ayuda a alargar la sensación positiva un poco más para que no acaben pidiendo cada vez más horas.
PARTE DE SU MUNDO
¿De quién es la videconsola? Muchos/as padres y madres señalan a los/as menores de la casa cuando hacemos esta pregunta, a veces casi con desdén, como si la videoconsola fuese más una enemiga que una amiga. Y esto es una pena.
No es sencillo interesarse por los gustos y aficiones de otras personas cuando nuestra actitud no es especialmente positiva. Es necesario comprender que los videojuegos hacen felices a cada vez más adeptos/as. ¿Por qué? Hay muchas razones, pero el hecho de que la diversidad de géneros sea tan grande nos debería dar una pista.
Muchas veces nuestros hijos/as quieren hacernos parte de su mundo y nos negamos en rotundo. Y sin embargo nos lo muy ponen fácil, ¿os han dejado el mando en las manos alguna vez? Si es así, ¡jugad! Dad una oportunidad a diferentes videojuegos (en Jokabide creemos que hay una canción, un libro, una película y un videojuego para cada persona). Hablad también un rato, o mejor, escuchadles, contagiaros de ese entusiasmo para que el subidón de esa hora que han tenido les llene aún más.
La videoconsola puede ser amiga de la familia, la verdadera enemiga de la familia es la falta de límites.